“De la democracia de masas y el modelo económico nacionalista, hacia las democracias custodiadas y el modelo económico desarrollista”

 

Argentina entre 1945 y 1955 – Gobiernos Peronistas

 

El estado peronista

 

El gobierno peronista amplio la intervención del Estado en la economía. Para ello, aprovecho condiciones económicas favorables para la Argentina; los productos agropecuarios se vendían a buen precio a una Europa devastado por la guerra y, por lo tanto, el Estado disponía de gran cantidad de ingresos en oro y moneda extranjera. Ese dinero le permitió llevar una política económica basada en la nacionalización de amplios sectores de la economía, el fomento de la actividad industrial, la regulación de los conflictos entre trabajadores y empleadores y el aumento del nivel de vida de la población.

 

Las nacionalizaciones.

 

Para poder controlar la política monetaria y crediticia, el gobierno peronista nacionalizo el Banco Central, en cuyas arcas se encontraba oro y las divisas acumuladas durante la guerra. Asimismo, el Estado nacionalizó las empresas de servicios públicos de capital extranjero, como la de ferrocarriles y la de teléfonos. La oposición sostuvo que el gobierno peronista había pagado un alto precio por empresas cuyo equipamiento ya era obsoleto.  El gobierno, a su vez, presento esta política como una reivindicación  de la soberanía nacional. También se crearon nuevas empresas de servicios públicos, como Gas del Estado, Agua y Energía, y Aerolíneas Argentinas. Aunque en  general la industria se mantuvo en manos privadas, se crearon algunas empresas estatales, consideradas de valor estratégico para la defensa nacional, como la Dirección General de Fabricaciones Militares.

 

La industria y el agro.

 

El Estado fomento el crecimiento de la actividad industrial, en particular para la producción de bienes de consumo para el mercado interno, a través del otorgamiento de créditos y de divisas a precio conveniente para importar maquinaria y materias primas. La moneda extranjera necesaria para importar provenía, como desde hacía décadas, de las exportaciones agropecuarias. Para orientar esos ingresos a la promoción de la industria, el gobierno peronista creo el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI). Esta dependencia del Estado compraba la producción rural a  menor precio en el exterior. La diferencia era destinada a financiar la expansión industrial, los gastos que requerían la política social y el crecimiento del presupuesto militar.

 

La transferencia de recurso provenientes de la actividad rural a la industrial, la protección otorgada por el Estado a los trabajadores rurales a través del Estatuto del Peón que elevo los salarios  y la disposición que congelo el valor de los arrendamientos que pagaban los chacareros generaron la oposición de los grandes propietarios rurales, lo comerciantes de granos y las exportadores.

 

La evolución de los salarios

 

Año

1945

1946

1947

1948

1949

1950

1951

1952

1953

1954

Salario real

100

103

129

153

162

172

145

130

138

150

 

Fuente: Pablo Gerchunoff y Lucas Llach. El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de las políticas económicas argentinas. Buenos Aires, Ariel, 2003.

 

Actividades:

 

1)      Analiza el cuadro y contesta.

 

A)     ¿Cuál fue la tendencia de los salarios durante los gobiernos peronistas?

 

B)      ¿En cuál de las dos presidencias de Perón se dieron las mayores alzas salariales?

 

La doctrina peronista

 

La acción política del peronismo fue acompañada de una ideología definida como doctrina justicialista. Tres banderas definían al justicialismo: independencia económica, justicia social y soberanía política.

 

Esta ideología ponía el acento en el derecho de os trabajadores y los humildes al bienestar y a la protección del Estado. Estos derechos podían lograrse sin enfrentamientos entre la clase obrera y los humildes al bienestar y a la protección del Estado. Estos derechos podían lograrse sin enfrentamientos entre la clase obrera y los patrones, cuyos intereses debían armonizarse en el marco de una “comunidad organizada”. Cada ciudadano tenía que pertenecer a alguna  organización de acuerdo con su actividad profesional, laboral o educativa, y las diferentes organizaciones debían resolver sus diferencias, atendiendo al interés nacional.

 

El justicialismo se postulaba como una “tercera posición” entre el socialismo y el capitalismo. El peronismo no se concebía como un partido político entre otros sino como un movimiento que expresaba la Nación. Quien estaba fuera del movimiento estaba fuera de la Nación. Los opositores, por lo tanto, eran vistos como la “antipatria”. Esta forma de pensamiento no contribuyó a pluralismo ni al diálogo político y generó fuertes enfrentamientos con el resto de los partidos.

 

La difusión de la doctrina justicialista

 

El gobierno realizaba una amplia acción de propaganda del pensamiento peronista a través de la prensa escrita y la radio, que estaban bajo estricto control del Estado. La doctrina peronista se enseñaba en las escuelas, y los libros de texto dedicaban amplio espacio a glorificar las figuras del presidente y su esposa y a adoctrinar a los alumnos en las ideas justicialistas. Fueron muy importantes los grandes actos de celebración del 1° de Mayo y del 17 de Octubre, en los cuales se reforzaba el sentimiento de la unidad del pueblo con el líder.

 

El culto a la personalidad de Perón y su esposa fue muy notable. Sus bustos estaban en todas las dependencias del Estado. Cuando en 1951 se declararon provincias los territorios nacionales del Chaco y La Pampa, se les impusieron los nombres de Presidente Perón y Eva Perón, respectivamente.

 

Los actos peronistas

 

Entre los trabajadores  y Perón se estableció una relación directa, sin intermediarios, que se renovaba anualmente en los rituales del 17 de octubre, Día de la lealtad, y el 1° de Mayo, Día del Trabajo. En estos actos se buscaba reafirmar la identidad peronista de los trabajadores y del resto del pueblo.

 

El gobierno y la oposición

 

El gobierno justicialista limitó la capacidad de acción de la oposición política. La identificación entre movimiento peronista, líder y Nación restaba legitimidad  a los partidos opositores, cuyos integrantes fueron perseguidos y, en ocasiones, encarcelados. Los oponentes o tenían acceso a los medios de comunicación controlados por el Estado, como era el caso de todas las radios. La prensa independiente evitaba expresarse contra el gobierno por temor a la censura y a las represalias, por ejemplo, el diario La Prensa fue confiscado a sus dueños y fue transferido a la CGT. La adhesión al justicialismo fue condición para desempeñarse en la función pública.

 

Muchos docentes universitarios disidentes fueron cesanteados. Los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la nación que no eran adictos al régimen fueron destituidos.

 

El peronismo no logró obtener el apoyo de la mayoría de las clases medias. Si bien esos sectores también se beneficiaron de la prosperidad y el bienestar que trajeron las políticas de gobierno, para ellos el cambio no era tan notable y lo adjudicaban a su esfuerzo personal y no a un logro del Estado. También veían con desconcierto, e incluso con desprecio, el ascenso social de los sectores más humildes y se sentían desplazados por el protagonismo político que habían conseguido los obreros. Además, les pesaba el carácter autoritario del gobierno, el cercenamiento de las libertades públicas, la anulación de la autonomía universitaria y el control del sistema educativo.

 

La constitución de 1949

 

En 1949 se reformo la Constitución Nacional. La nueva Constitución convirtió la doctrina justicialista en la base ideológica del Estado e Incorporó los derechos de los trabajadores a la Carta Magna. Una reforma importante fue la anulación de la disposición de la que impedía la reelección inmediata del presidente. Al establecer la posibilidad de una segunda presidencia consecutiva, quedó abierto el camino para la reelección de Perón. Con el 64%  de los votos, que por primera vez incluía el de las mujeres, Perón inició un nuevo mandato presidencial en 1952. Además, su partido obtuvo la totalidad de los senadores y el 90% de los diputados.

 

La reforma no tocó la parte dogmática: Declaraciones, Derechos y Garantías, del texto constitucional, pero centro sus modificaciones en la Incorporación de los derechos.

 

·         De los trabajadores,

 

·         De la familia,

 

·         De los ancianos,

 

·         De la educación popular.

 

Así mismo se estableció la función social de la propiedad (arts. 38 y 39), se convirtieron en bienes de la Nación todas las fuentes de energía (art 40) y se instauró la prestación directa, por parte del Estado, de todos los servicios públicos (art 40)

 

¿Qué significan estas medidas?

 

También se incorporaba en el artículo 78 que el presidente y el vicepresidente podían ser reelegidos. Aparece, de esta manera, la posibilidad de la reelección como un tema controvertido ya que permitía el acceso de Perón a un segundo mandato.

 

Síntesis del Peronismo

 

La segunda presidencia de Perón

 

Ya antes del inicio de la segunda presidencia de Perón comenzaron a percibirse  problemas económicos en la Nación. Desde 1949 se detuvo el flujo masivo de divisas por las exportaciones agropecuarias, a causa de la caída de los precios internacionales y la reducción de las compras de países europeos de la Argentina.  Además, el volumen de cereal disponible para exportar era menor por el aumento del consumo dentro del país y la disminución de la producción rural debido a la política que transfería recursos generados en el agro a la industria. Ante la caída en el ingreso de divisas, la industria no podía crecer como antes por falta de inversión en maquinarias  e insuficiencia  de moneda extranjera para importar repuestos y materia prima, como el petróleo y el acero.

 

La caída en el nivel de actividad también redujo los ingresos del Estado, Ya no era posible continuar con la expansión del  gasto social, el aumento de salarios y el crecimiento del consumo. Para enfrentar la crisis económica, el gobierno estimulo la reducción del consumo, limito el poder  de los sindicatos y suspendió las negociaciones colectivas por los salarios. Peron sostuvo que, para poder aumentar los salarios, debía crecer la productividad de los trabajadores.  Las huelgas ya no eran apoyadas desde el Estado y varias de ellas fueron reprimidas severamente. Se modificó la política del IAPI y se comenzó a promover la producción agropecuaria.

 

Para favorecer el desarrollo de la industria básica y la producción de energía, se anunció la apertura de capital extranjero y se mejoraron las relaciones con los Estados Unidos. Este alejamiento de las posturas nacionalistas y antiestadounidenses de la primera etapa quedo de manifiesto con la firma de un contrato con la petrolera Standard Oil. La oposición radical, en boca del diputado Arturo Frondizi, denuncio por antinacional este acuerdo.

 

 

 

LA AGUDIZACION DEL CONFLICTO POLITICO

 

El apoyo de las Fuerzas Armadas al gobierno comenzó a resquebrajarse. La Marina era donde Peron tenía menos apoyo, ya que sus integrantes se identificaban con las clases altas y con la política liberal. La Aeronáutica era mayoritariamente fiel al gobierno, pero tenía poco peso. El arma fundamental era el Ejército, al cual pertenecía Perón. Pero algunos oficiales velan con recelo que el gobierno estuviera tan identificado con los sindicatos y los trabajadores; además, les molestaba que la doctrina justicialista se enseñara en los cuarteles y que la fidelidad al régimen fuera más valorada que el mérito profesional a la hora de los ascensos.

 

En 1951 se produjo el primer levantamiento militar en Córdoba, encabezado por el general Benjamin Menéndez, que fue duramente reprimido.

 

Los problemas económicos y las señales de resquebrajamiento del apoyo militar animaron a la oposición, contra la cual se lanzo una constant persecución. En 1953 fueron detenidos importantes dirigentes de los partidos opositores como el radical Ricardo Balbín y el socialista Alfredo Palacios. Grupos afines al gobierno incendiaron las sedes centrales de los partidos Radical y Socialista, así como la sede del Jockey Club, identificado como emblema de la “oligarquía”.

EL GOBIERNO Y LA IGLESIA

 

El frente opositor terminó de fortalecerse cuando en 1954 se le sumó la Iglesia Católica. Si bien la Iglesia había apoyado a Perón durante su primer gobierno, comenzó a distanciarse a cauda del avance del Estado Peronista y su doctrina sobre la sociedad, principalmente en la acción social y la educación.

 

A su vez, la creación del Partido Demócrata Cristiano enfureció a Peron. En poco tiempo, decreto la anulación de la enseñanza religiosa en las escuelas, estableció la ley de divorcio  vincular, legalizó la prostitución y expulsó del  país a sacerdotes considerados opositores. Las organizaciones católicas emprendieron una campaña de agitación, con movilizaciones multitudinarias que denunciaban al gobierno peronista. El 8 de junio de 1955, a pesar de la prohibición del gobierno, se organizó una masiva procesión por el día de Corpus Christi, en la que, insólitamente, participaron el radicalismo, el socialismo y el comunismo.

 

 

 

NUEVO GOLPE DE ESTADO

 

Las Fuerzas Armadas aprovecharon la situación crítica y el 16 de junio de 1955 aviones de la Marina bombardearon la Casa Rosada con el objetivo de matar a Peron. No lo lograron, pero las bombas arrojadas en la Plaza de Mayo mataron a cientos de civiles. La primera reacción de los peronistas fue incendiar varias iglesias. Luego vino un intento de conciliación con la oposición, permitiéndose a algunos de sus dirigentes hablar por la radio.

 

A pesar del nuevo rumbo del gobierno, el 16 de septiembre se levantaron en armas oficiales del Ejército encabezados por el general Eduardo Lonardi y apoyados masivamente por la Marina de Guerra, comandada por el almirante Isaac Francisco Rojas. El presidente Perón presento su renuncia y marchó a un exilio de diecisiete años. Había triunfado la “revolución Libertadora”. Nuevamente un gobierno constitucional había sido derrocado