EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL 1976-1983

Gobierno de facto de Jorge Rafael Videla (1976-1981). La Junta de Comandantes designó como presidente al general Videla, quien asumió el cargo el 29 de marzo. Sus primeras acciones se centraron en desarticular el andamiaje democrático; se cerró el Parlamento Nacional y los Provinciales, se destituyeron a los gobernadores e intendentes, los integrantes de la Suprema Corte de Justicia fueron cesanteados y se prohibió toda actividad política o sindical.

Otro objetivo prioritario fue la lucha contra la subversión. Se produjeron muchas muertes inútiles y desaparición de personas, lo que, sumado a la falta de juicios legales, oscureció el accionar de las Fuerzas Armadas sobre los grupos guerrilleros que fueron descabezados en su totalidad.

El ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, llevó adelante un plan para encaminar la economía argentina hacia la estabilidad, que fue apoyado por el sector empresarial y agropecuario. Pero los problemas salariales subsistían y al estar intervenida la CGT y vedada toda actividad política, los conflictos emergían directamente en las empresas, provocando crisis sociales que nadie sabia bien cómo dirimir. La política económica desmanteló el sistema productivo, indujo a través de la “La Tablita” (pautación anticipada de la devaluación del peso) a un endeudamiento en dólares de los sectores privado y público y abrió un espacio fértil para que creciera la especulación financiera.

Gobierno de facto de Roberto Eduardo Viola (1981). Los conflictos sociales y el malestar político se incrementaron; por eso,  Videla adelantó con seis meses de anticipación el nombre de su sucesor, el general retirado Roberto Viola, que asumió el 29 de marzo de 1981.

Eso provocó un desgaste prematuro al futuro mandatario, a lo que sumó que su nombramiento no había contado con el apoyo de la Armada, elementos que se dificultaron su gobierno.

El país no salía de su letargo y mostraba su descontento por la política económica y social que se llevaba adelante. Los sindicalistas buscaron unificarse, los políticos impulsados por Balbín se nuclearon en la “Multipartidaria” y la Iglesia rompió el silencio y emitió un documento crítico hacia el gobierno militar.

En las tres Armas había cada vez más divergencias y a la falta de apoyo de la Armada se sumó la Aeronáutica. En noviembre, Viola debió ser internado por un problema cardíaco, por lo que fue removido por la Junta de Comandantes. El 22 de diciembre, asumió el teniente general Galtieri.

Gobierno de facto de Leopoldo Galtieri (1981-1982). La inflación en 1981 había llegado al 131,3%, lo que dificultaba la búsqueda de consenso nacional que ambicionaba el nuevo presidente de facto.

La Multipartidaria seguía creciendo, la Iglesia manifestaba su descontento ante el evidente deterioro económico-social, y el sindicalismo cerraba sus filas detrás de Saúl Ubaldini, que los convocaba bajo el lema: “Paz, pan y trabajo”. El gobierno pensó que la causa nacional de la recuperación de las Islas Malvinas, le daría la oportunidad de perpetuar al Proceso. Mas la derrota aceleró su derrumbe.

Gobierno de facto de Reynaldo Bignone. Las consecuencias directas de la derrota de Malvinas fueron tres: renuncia de Galtieri, disolución de la Junta de Comandantes, búsqueda de una salida electoral a corto plazo.

 

Lo único que le restaba hacer al nuevo presidente, el general Reynaldo Bignone, era enterrar lo más rápido posible el Proceso de Reorganización Nacional sin muchos honores. Se abrió el diálogo con la Multipartidaria y se fijó el calendario electoral. El 30 de octubre de 1983 se llevarían a cabo las elecciones nacionales y se entregaría el gobierno el 10 de diciembre.

 

 

 

DOCUMENTOS Y TESTIMONIOS

 

     MEDITACIONES DE UN 28 DE JUNIO. LOS FASCIOLIBERALES

La reflexión que radicales y peronistas deberían compartir, se me ocurre, es que los atentados militaristas de 1966 y 1976 no obstante sus diferencias, tuvieron algo en común que los distingue claramente de los cuatro anteriores.

En 1930, 1943, 1955 y 1962 se derrocaba a un Presidente y se llamaba a elecciones en dos años o pocos meses más. Se devolvía el poder al pueblo. El régimen democrático subsistía; los cambios necesarios los haría el futuro Gobierno Constitucional.

Los dos últimos nacieron con la paranoica pretensión de modificar drásticamente las tendencias históricas del pueblo argentino encarnados en una época por Yrigoyen y en otra por Perón.

Con Onganía y con Videla el latiguillo de la abrumadora oratoria castrense fue el mismo: no había ´plazos´ pero sí ´objetivos´. Los objetivos no los conocía nadie. El régimen de fuerza duraría diez años, quince, veinte, hasta tanto consiguiera institucionalizarse. Entre tanto, Krieger Vasena y Martínez de Hoz construirían un país a su arbitrio, que no pudiera alterado por vía electoral. Estos fascioliberales soñaban -y aún sueñan- con militarizar rigurosamente la sociedad argentina y convertir su patria en una factoría extranjera”

Osiris Troiani, en Revista Claves, julio de 1984.

 

 

     Al cumplirse un año del golpe, Rodolfo Walsh envía una carta a la Junta Militar denunciaba la represión en todos los ámbitos, así como la política económica llevada a cabo. Al día siguiente, fue secuestrado pasando a formar parte de los miles de desaparecidos.

 Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar

“La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de mis amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.

El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un Gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

(…) Han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional.

(…) depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina de cuenta-cadáveres que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.

(…) Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de quince años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles según su autopsia.

Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buscaba en el lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.

(…) La misma continuidad histórica liga el asesinato del General Carlos Prats durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del General Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y decenas de asilados, en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay.

La segura participación en esos crímenes del departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA (…) como los comisarios Juan Caltei y Antonio Gottor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA.

(…) En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culalazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% y prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos y en otros no aparecieron.

(…) Mientras todas las funciones creadores y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977.

(…) El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un Gobierno que venía a acabar con el festín de corruptos. (…) Esta son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto Gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh, C.I.: 2.845.022

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977

En Operación Masacre, Ediciones de la Flor, 1988

 

     LA NOCHE DE LOS LÁPICES

En setiembre de 1976 un grupo de estudiantes secundarios de la Plata fue secuestrado de sus hogares por las fuerzas de seguridad. El único sobreviviente de “la noche de los lápices”, fue Pablo Díaz, que se constituyó en el único testigo del horror vivido por este grupo de adolescentes. Su denuncia ante la CONADEF y su testimonio en el Juicio a las Juntas Militares aportaron importante información sobre la metodología del tormento padecidos por los detenidos en los campos de concentración.

Testimonio de Pablo Diaz.

-  ¿En qué contexto se inscribe la lucha de los estudiantes secundarios y la tuya en particular en la década del ´70?

           En el año 1972 me encontraba comenzado la escuela secundaria. Influenciado por la fuerza emergente de la marea popular del peronismo, vivía la agitación del ´Luche y Vuelve´. En el año 1973, la atención en los colegios estaba centrada en la organización de los Centros de Estudiantes. La consigna que nos convocaba era ´Participación y Centros Libre´, resistiendo a la decisión de las autoridades de turno que pretendía ejercer control sobre los Centros desde la dirección de los colegios. Luego de una sucesión de escuelas tomadas, se obtiene lo reclamado por los estudiantes.

         En 1974, como cosecha de lo actuado, se consolidaba la idea de la organización y coordinación entre los estudiantes. Tomaba cuerpo una fuerte conciencia política, surgiendo en el ámbito de los Centros, comisiones de solidaridad que realizaban en las barriadas más empobrecidas tareas de apoyo escolar, saneamiento, campañas de salud, etc., al mismo tiempo que expresaban una fuerte crítica al sistema capitalista, que encarnaba en sí mismo tanto sufrimiento popular.

-  ¿Cómo se organizaban los estudiantes en ese momento?

         Por decisión de distintos Centros de Estudiantes y de varias organizaciones políticas con inserción en el movimiento estudiantil secundario (Unión de Estudiantes Secundarios -UES, Juventud Guevarista -JG, Federación Juvenil Comunista -FJC, Grupo de Estudiantes Secundarios Antimperialista, etc) se conformó en la ciudad de La Plata, la Coordinadora de Estudiantes Secundarios -CES.

-  ¿Cómo surge la idea de reclamar el boleto estudiantil?

          En una Asamblea Extraordinaria de la CES se decidió encarar el reclamo ante las autoridades correspondientes para obtener la implementación de un boleto secundario que permitiría una rebaja en el costo del transporte público de pasajeros, lo que redundaba en un considerable alivio para los hogares de aquellos compañeros que sentían con más rudeza los efectos del llamado “Rodrigazo”.

         Finalmente, luego de varias manifestaciones que terminaron en duros enfrentamientos entre los estudiantes y la policía, se logró el objetivo buscado. En septiembre, el boleto surgió tras un carnet, sólo unos pocos políticos de turno apoyaron en su inicio la medida. La victoria sirvió para que el derecho logrado se desparramara por todo el país.

-  Diciembre de 1975: ¡vacaciones sobradamente ganadas!

         Presagio: es secuestrado de su casa a manos de un grupo de la Alianza Anticomunista Argentina- TRIPLE A- y posteriormente asesinado en un descampado, el compañero ´Patulo´ Rave, estudiante secundario de 17 años, militante de la UES y delegado de su Centro de Estudiantes ante la CES.

-  ¿Cómo los afectó el golpe del 24 de marzo del ´76?

         Los Centros de Estudiantes son cerrados violentamente. Se prohíbe la organización, la discusión, la reunión, el disenso… todo.

        Nuevas reglas: formación ante de ingresar a las aulas, corte de pelo, oraciones, cambio de autoridades y preceptores, pedidos de identificación a la entrada de los colegios. Primero orden… luego represión…

        Setiembre: secuestro sistemático de estudiantes secundarios.

         La operación: ´La noche de los lápices´, el nombre puesto por las Fuerzas de Seguridad, guarda en sí mismo la inocencia de las víctimas y el horror a cometer.

         Del informe final de la CONADEP, surge que más de doscientos adolescentes, estudiantes secundarios en su mayoría, aún continúan desaparecidos…”

 

Pablo Díaz, Entrevista de las autoras. Julio de 1996

 

La navidad

          “Hablaban muchas veces de lo que harían cuando salieran del Pozo (…) Pablo programado con Horacio, con Calibre, con Claudia, con todos los chicos, tomarse unas buenas vacaciones: quién sabe si volverían al colegio (…)

          Como de la Navidad se esperaban cosas buenas, presintieron que en Nochebuena, a más tardar en Año Nuevo, los dejarían en libertad. Era bárbaro cómo hacíamos planes para después: primero los viejos, la familia, pasear por la ciudad, el cine, los amigos, ver la luz. Y tomarse unas cervezas en el Astro, decía Calibre. Y nos enganchábamos todos en la imagen de la espumita subiendo, espesa, en el balón. Una cerveza o cualquier cosa al aire libre, cuando volviéramos a circular, limpitos y con la panza llena entre la gente común.

          En lugar de la liberta esa Nochebuena no les dieron de comer. Les dejaron un poco de agua los jarros sucios y los guardias se despidieron recomendándoles, paternales, que pensaran en sus familias a la hora del brindis.”

 

 

M. Snonne y H. Ruiz Nuñez, La noche de los lápices, Contrapunto.

 

 

LOS OBJETIVOS Y LA POLÍTICA DE LA DICTADURA.

La dictadura se anunciaba a sí misma como dispuesta a “reorganizar” el país,

pero … ¿qué quería decir esta “Reorganización Nacional”?

     En lo económico, suponía la introducción de una serie de reformas tendientes a favorecer los intereses de los grupos empresariales más poderosos, recortando los beneficios salariales que los trabajadores habían conseguido en años anteriores. Por eso habían nombrado como ministro de Economía a José Alfredo Martínez de Hoz, que era miembro de una tradicional familia de terratenientes y poseía un pensamiento ultraliberal.

También se buscaba una liberación de la economía, es decir, intentar una liberación -parcial, al menos- de las barreras aduaneras que habían sostenida la industrialización por sustitución de importaciones. El resultado fue el inicio de un proceso de desindustrialización y la saturación del mercado de productos importados más baratos que los producidos localmente.

Con el objetivo de favorecer a los sectores exportadores tradicionales (agropecuarios), el equipo económico del gobierno emprendió una progresiva devaluación de la moneda que además produjo la caída del salario real.

Asimismo, hubo un gran aumento del sector financiero que instaló la especulación como modalidad de obtención de dinero “fácil”, sin trabajo. En la Argentina entraron muchos dólares, disponibles en ese momento en el mundo, que se cambiaban a pesos y, com aquí las tasas de interés eran muy altas, se podía ganar mucho dinero sin esfuerzo, a corto plazo. Por eso tampoco se invertía en el sector industrial porque sin riesgo se ganaba mucho más poniendo el dinero en un banco. Esta manera de operar tenía dos nombres muy usados en esa época: “bicicleta” o “plata dulce”. Cuando las condiciones internacionales cambiaron, la estructura diseñada por Martínez de Hoz se cayó, y esto provocó devaluación, una inflación muy alta, crisis fiscal del Estado, quiebra de bancos y graves problemas para los deudores internos.

Además, creció muy rápidamente la deuda externa del país.

     En lo cultural, el gobierno aplicó una política represiva. Escritores, cantores, actores, periodistas, pasaron a integrar listas negras que les impedían trabajar o publicar sus obras. Se prohibieron libros porque su contenido fue considerado subversivo. Las listas incluyeron desde escritos políticos hasta novelas y libros de Matemática que se consideraba que atentaban contra los valores tradicionales.

     Lo central del proyecto de la dictadura, en especial durante los dos primeros años, fue la política de terrorismo practicada desde el Estado. Mediante ella, se creó un clima opresivo, en el que el descontento con las políticas del gobierno no podía expresarse. La mayoría de las voces disidentes (aunque no todas, como veremos) se silenciaron por miedo a las posibles represalias.

 

      Subversivo: movimiento, organización o persona que intenta alterar la situación política y social de un país.

Lo integrantes de la Junta militar.

EL ESTADO TERRORISTA

Siguiendo los dictados de la Doctrina de la Seguridad Nacional, los militares argentinos se dedicaron a la búsqueda de “enemigos internos” identificados con el comunismo. El objetivo del dispositivo terrorista del Estado era la eliminación de lo que los militares llamaban subversión.

La represión se orientó a todo tipo de militantes políticos, personas que realizaban tareas de asistencia social, intelectuales, e incluyó también a sus familiares, amigos y hasta personas que trataban de defenderlos o interceder por ellos. En realidad, cualquier persona podía convertirse en sospechosa para el gobierno. Enseñar y aprender la teoría matemática de conjuntos o promover el trabajo en grupos en el ámbito escolar constituían actos subversivos.

Los desaparecidos

La técnica represiva por parte de los militares se centró en la desaparición de personas, que consistía en el secuestro de personas por parte de miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad (quienes no se identificaban) y su detención en centros clandestinos. Una vez allí, las víctimas eran torturadas física y psicológicamente. La tortura estaba orientada tanto a obtener información sobre otras personas potencialmente sospechosas como a quebrar psicológicamente al torturado. Finalmente, si el individuo resistía la tortura sistemática, lo más probable era que fuera asesinado. Los militares detenían también a mujeres embarazadas, a las que, cuando daban a luz, les quitaban sus hijos y los cedían en adopción.

Ocasionalmente, algunos detenidos fueron liberados. La liberación les servía para difundir lo que ocurría en los centros de detención y crear miedo. Pero la libertad no daba por terminado el proceso, siempre quedaba, para el propio sujeto o para el resto de la sociedad, la sospecha sobre los motivos de la liberación.

Las detenciones no eran reconocidas por el gobierno. Los desaparecidos no eran prisioneros políticos, ni presos comunes, ni eran juzgados en una corte, ni se sabía si vivían o habían muerto. Nadie podía dar cuenta de su paradero. El Estado y sus agentes no reconocían responsabilidad alguna en la desaparición. Con esta situación se pretendía impedir la denuncia. Muchos de los abogados que habían hecho denuncias judiciales tenían que exiliarse ya que comenzaban a perseguirlos o desaparecían. Incluso quienes intentaban organizarse para averiguar el paradero de sus familiares podían ser secuestrados y torturados. 

Un procedimiento en las calles de la Ciudad de Buenos Aires durante la dictadura militar

PARA NO OLVIDAR. Este edificio perteneció a la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí funcionó, durante la dictadura, uno de los centros clandestinos de detención más grande del país. Por él pasaron cerca de 5000 detenidos-desaparecidos. Una ley de 2002 destinó ese predio a la construcción de un Museo de la Memoria.